Miedo al dentista

Miedo al dentista

El miedo al dentista es algo común, no son pocas las personas que llevan años sin pisar la consulta del odontólogo, porque les genera ansiedad, es muy frecuente pero menos mal que eso está cambiando y en Iglesias y Piñón se logra conseguir minimizar ese miedo, con una atención personalizada y dedicada según el paciente que atendamos.

Queremos aclarar algunos conceptos sobre los tipos de miedo al dentista, tenemos:

  • La ansiedad es una sensación de preocupación, generalmente motivada por algo que el paciente desconoce o no puede controlar.
  • Hablamos de miedo cuando reaccionamos a un peligro, a menudo vinculado con pasadas experiencias negativas.
  • La fobia dental supone un temor más intenso que, habitualmente, conllevará que el paciente evite o posponga la visita al dentista.

¿Por qué la gente tiene miedo de ir al dentista?

  • Malas experiencias en el pasado. Las herramientas y procedimientos en materia odontológica han avanzado enormemente, pero algunas personas tienen todavía recuerdos desagradables de situaciones vividas en otras épocas.
  • Sensación de “pérdida de control”. La posición del paciente en la consulta del dentista puede hacer que se sienta vulnerable o sin el control de la situación.
  • Miedo al dolor pasa casi siempre en personas con un umbral de dolor particularmente bajo.
  • Timidez, vergüenza o sensación de invasión de la intimidad personal.

El paciente puede emplear algún truco o táctica antes de decidir acudir a una cita para ayudar a estas situaciones y podríamos comenzar identificando los motivos.

  1. El paciente puede emplear algún truco o táctica antes de decidir acudir a una cita para ayudar a estas situaciones y podríamos comenzar identificando los motivos.
  2. Identificar la razón del miedo: es importante reflexionar sobre las causas del propio miedo al dentista y analizarlas con tranquilidad.
  3. Buscar un dentista o una clínica de confianza: se puede preguntar a amigos y familiares que visiten habitualmente al odontólogo
  4. Pedir hora: Mejor citas a primera hora, menos oportunidades habrá de echarse atrás. Y ser puntual, no llegar antes  porque las esperas aumentan el miedo.
  5. Prepararse mentalmente: una vez tomada la decisión, hay que evitar cualquier foco de ansiedad o estrés. Lo mejor es distraerse.
  6.  Pedir a un amigo o familiar que te acompañe: el ir acompañado refuerza la decisión de ir al dentista y facilita la distracción durante la espera
  7. La primera visita: la primera consulta del odontólogo suele ser una revisión de la que saldrá un plan de tratamiento, por lo que no habrá ni pinchazos, ni actos dolorosos. Sin embargo, antes de ir debes concretar que desea preguntar teniendo en cuenta los propios miedos.

 

En cuanto al profesional y su equipo,en Iglesias y Piñón hay reglas básicas para evitar que el paciente tenga fobia.

  1. Es importante detectar que estímulos le provocan fobia y cuando se detecte buscar la solución más cómoda y rápida posible,  junto con el paciente.
  2. Evitar que el paciente falle a su cita y para ello debemos hacer continuidad en las citas y hacer que sean lo mas próximas posibles y cortas.
  3. Cuidar la comunicación verbal con el paciente y la no verbal porque el paciente está a la expectativa, observando y cualquier gesto le puede inducir nerviosismo.
  4. Es importante, dar información al paciente durante el tratamiento: lo que va a pasar, lo que va a molestar o no, cuándo, cuánto tiempo, porque no le sorprendemos ante cualquier acto que estemos haciendo.
  5. Mantener siempre una actitud cercana, amable y profesional
  6. No menospreciar los temores de los pacientes.
  7. La distracción es una técnica útil y rápida. Tranquilizar con palabras y gestos, como una sonrisa o un chiste oportuno, bromeando con la situación. Reír es un potente remedio contra el estrés y el nerviosismo.
  8. Permitir que el paciente traiga su propia música, así estará más cómodo.

 

Hoy día hemos avanzado y la tecnología ayuda a que cambie todo, los avances técnicos en materia odontológica permiten intervenciones más precisas y menos dolorosas, procedimientos más breves y un mayor control por parte de dentista y paciente y es por ello que en la clínica tratamos que así sea.

Herramientas como la anestesia sin dolor pueden también ser de gran ayuda en determinados casos. Incluso aspectos tan sencillos como un torno menos ruidoso pueden contribuir a tranquilizar al paciente y disminuir sus temores. En definitiva, como profesionales de la odontología debemos intentar que nuestros pacientes se encuentren lo más tranquilos y relajados posible en la consulta. Y en Iglesias y Piñón te ayudaremos a perder y a superar ese miedo al dentista contáctanos y pide cita.

 

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